A pesar de las numerosas actividades y campañas de concientización en lo que respecta al cuidado y respeto de los adultos mayores, en pleno año 2024 la polémica por los geriátricos clandestinos y el mal cuidado que se les brinda a los abuelos en ciertos lugares de la capital provincial continúa en auge. Si bien son más las personas que consideran a los adultos mayores como tesoros de recuerdos, anécdotas y enseñanzas como así también enciclopedias infinitas de historias y leyendas, muchos consideran que los abuelos no son más que una molestia y algo a lo cual descartar.
Y esta situación se vio evidenciada hoy en la ciudad de Río Gallegos, cuando una vecina que se encontraba circulando por la calle Brasil se topó con una persona adulta mayor tirada en el piso, rodeada de la gélida nieve y con cortadas sangrantes en su cara: “Hace una hora encontré a un abuelito tirado en la vereda producto de la escarcha. El señor tenía la ceja abierta y la nariz sangrando. Como pude lo ayudé a pararse y después me ayudó un chico que pasaba caminando” relató Sofía, la vecina que vivió la repudiable experiencia, en un posteo compartido a través de sus redes sociales.
Al observar la situación, la vecina vaticinó la posibilidad de que se tratase de un adulto mayor que vivía solo y habría salido a hacer algún trámite o tal vez se había escapado de su hogar en donde convive con su familia. Sin embargo, al consultarle sobre dónde reside, el anciano se dirigió a un lugar que, cuando la vecina tocó en repetidas ocasiones el timbre, nadie salió a atenderla.
Envalentonada, la vecina ingresó al lugar y se llevó con una sorpresa aún peor que el encontrar un abuelo tirado en la nieve: numerosos adultos mayores residían en ese lugar y, como si no fuera suficiente, los mismos se encontraban en pésimas condiciones, sin cuidados y abandonados a su suerte, al menos en ese momento: “Empujamos la puerta y nos encontramos con un montón de abuelitos en estado de abandono total. Nadie apareció a recibir a este señor lastimado, solo otro abuelito que a gatas caminaba. En ese momento llamé a la policía, a emergencias y obvio nadie apareció. Al rato volví porque me quedé intranquila y el señor estaba con un supuesto familiar que me dijo que ya lo había llevado al médico, pero el señor seguía lleno de sangre en su rostró”, contó.
“No es la primera vez que pasa algo en ese lugar, cada tanto suelen escaparse los abuelitos”, añadió.
Sofía dialogó con Ciberperiodismo Javiera Nasser sobre lo sucedido a lo cual calificó como un hecho “impactante”: “Estaban sentados en un sofá cama futón y había vasos en la mesa. No apareció nadie lúcido a recibir a este otro señor y fue todo muy raro. Justo tenía que irme al aeropuerto y, cuando vuelvo, me dirigí nuevamente a ese lugar y me encuentro con una camioneta que mi mamá me aseguró que la misma siempre va a buscar gente. Me bajé y le pregunté al señor que se encontraba en la misma si él era familiar y me lo confirmó. Cuando le conté la situación con el abuelo tirado en la nieve, me aseguró que estaba bien y que ya lo habían llevado al médico pero cuando miré al abuelo seguía lleno de sangre. Me fui porque no sabía si era lo correcto meterme o no”, relató con angustia.
El posteo de Sofía compartido a través de las redes sociales se llenó de reacciones y comentarios de personas repudiando lo sucedido y, entre estos comentarios, se encuentra el de una vecina que señaló ser testigo de lo que sucede tras las paredes ubicadas en el geriátrico de la calle Brasil al 200 de la ciudad capital ya que, hace aproximadamente tres años, su padre residió en el mismo. Ante esto, Sofía explicó a Ciberperiodismo Javiera Nasser cómo logró contactarse con quien había compartido su testimonio a través de su publicación: “La señora me dejó compartir su testimonio. No podemos compartir su identidad pero ella me contó que hace años el geriátrico ya había sido denunciado y que, hace tres años, ella había dejado a su papá ahí y que usualmente, cuando tenía una necesidad, las cuidadoras le daban aviso a ella y no la dueña del mismo. También contó que el padre tenía problemas respiratorios y que recién le dieron aviso un día después de que estuvo con problemas y que, tras llevarlo al hospital, la dueña no se acercó al nosocomio para certificar la salud del abuelo”.
Sofía cuenta que la testigo relató que, tras la muerte de su papá, la dueña de dicho geriátrico ubicado en la calle Brasil al 200 simplemente “le envió un audio” y que quienes, por necesidad, deciden trabajar en ese lugar se encuentran bajo condiciones laborales precarias.
Otro testimonio compartido por medio de la publicación realizada por Sofía también atestigua haber vivido una situación similar a la que atravesó la vecina de la ciudad capital: “Alguna vez levanté en la calle a un abuelo desorientado con sonda y todo. Preguntando en las redes me dijeron que era de ese lugar”, rememoró otra vecina en la publicación como así también hubo quienes aseguraron que los mismos dueños de dicho geriátrico poseen otros lugares similares con un gran número de adultos mayores ubicados en otras locaciones de la ciudad.